No hay que obviar que durante el mes de febrero es posible que se produzcan nevadas y, por supuesto, algunas heladas durante las noches. Por este motivo, no hay que retirar aún el acolchado, cubrimientos de paja, corteza de pino, así como las telas o plásticos protectores de las plantas más sensibles.
Es el momento de aprovechar los días soleados para quitar las malas hierbas y rastrillar el césped, al que se pueden ya resembrar las calvas.
Los tallos no tardarán en comenzar a brotar y a echar las primeras yemas, por lo que es momento de limpiarlos, retirando los secos o aquellos débiles y malformados que puedan dislocar los nuevos brotes.
Atar, guiar y reconducir a las trepadoras, que no tardarán en llenarse de yemas nuevas.
Febrero es un mes importante para la poda. Es la última ocasión de podar los rosales y los árboles frutales, eliminando las ramas débiles, viejas o dañadas. También es el momento de podar los arbustos de floración tardía (verano – otoño) y de arreglar las trepadoras.
Mucho cuidado en las zonas donde puedan darse heladas considerables, ya que no conviene desnudar las ramas todavía, ya que estas protegerían a las yemas frente al frío.
También es un buen mes para aplicar sustratos o abono orgánico, que fertilicen nuevamente el suelo para que las plantas puedan desarrollarse de manera adecuada.
Por último, no conviene olvidar que es un buen momento para tratar las plagas que se refugian en la corteza de los árboles, aplicando aceites minerales mezclados con insecticidas.
Via plantasyjardines.es
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