El cuidado y mantenimiento de un jardín es, a menudo, la causa de que la belleza impacte en los ojos de quien lo admira. Los estanques de jardín se han convertido en un elemento innovador que logra modificar los escenarios naturales.
El estanque es básicamente un trabajo de albañilería, y, como en las piscinas, el éxito de la obra y las satisfacciones que nos proporcione dependen de una ejecución impecable, para evitar la patología habitual, consistente en la pérdida constante de agua por filtraciones.
Para construir un estanque, lo primero que hemos de decidir es la ubicación del mismo. Elegiremos un lugar soleado y alejado de árboles que pierdan sus hojas, para reducir los residuos que caerán al agua. Su profundidad es fundamental; en zonas muy frías o muy cálidas ha de ser mayor, para evitar que se hiele o se caliente en exceso.
No todos los estanques para jardín son iguales ya que el diseño depende de la forma que se le de y si se quiere o no colocar algún elemento de decoración en su interior. Por esto se recomienda tener ideada la profundad y la decoración antes de asignarle un lugar físico.
Muchas veces uno se imagina como sería el estanque, que espacio ocuparía, la forma, etc., pero cuando de la mente se pasa a lo real todo cambia. Esto en gran parte es por falta de una planificación.
Si tu jardín es de estilo clásico, irá mejor un estanque geométrico-formal con forma de cuadrado, rectángulo o circular. Los jardines de residencias y palacios suelen ser formales construídos de obra.
Estanque prefabricado. Podemos excavar el hoyo y colocar un estanque prefabricado de plástico o de fibra de vidrio. Se trata de una opción adecuada para estanques pequeños. Los estanques prefabricados tienen precios asequibles, resultan muy fáciles de instalar y son muy duraderos.
Via jardinespequenos.com
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