Cultivar amapolas en maceta

Los campos de amapolas son de esas imágenes que se quedan en la memoria para siempre, ocurre como con los campos floridos de lavanda típicos de la Provenza. O un inmenso trigal con los márgenes moteados de rojas amapolas. Pues bien también podemos recrear esta sensación a pequeña escala cultivando amapolas en macetas, podremos adornar así nuestro jardín, terraza o balcón con estas bellísimas flores.

El cultivo de la amapola no es que se pueda calificar de fácil pero si le ponemos un poco de interés y cuidado tendremos éxito en la empresa.

Hay muchas variedades de amapolas y las que mejor se nos darán para el cultivo en maceta son la amapola oriental, la amapola de Islandia, la amapola de California y la amapola Shirley. La amapola oriental destaca por el gran tamaño de las flores y los potentes naranjas y rojos que tienen, aunque también las hay en otros colores, rosa, blanco y morado.


Son las de mayor altura, llegan al 1,20 m y en cambio las otras dos apenas llegan a la mitad. La amapola de Islandia es más adecuada para climas de veranos frescos y sus flores suelen durar más. La amapola de California es perenne y también necesita veranos relativamente frescos o cultivarla en lugar a la sombra si hace mucho calor. La amapola Shirley es un cultivar obtenido a partir de la amapola europea y destaca por su belleza y delicadeza.

Necesitamos una maceta de tamaño medio y un sustrato ni demasiado suelto ni compacto, rico en materia orgánica. Debe contar con un buen drenaje pues la amapola es muy sensible al exceso de agua. Necesitan una exposición soleada que les garantice unas 6-7 horas de luz solar al día, aunque si vivimos en un lugar muy cálido no les irá mal algo de sombra por la tarde. Se siembran las semillas en la maceta definitiva y se reparten bien ya que son muy pequeñas. Hay que regar regularmente el sustrato hasta que germinen las semillas, esto sucederá sobre los 25 días de la siembra aproximadamente dependiendo de la variedad y el clima.

El riego de las amapolas debe ser moderado y regular en el periodo de floración y en el inmediatamente anterior. Cuando termine la floración recortaremos el riego e incluso dejaremos que el suelo seque 2-3 cm de la capa superior antes de regar. No es una planta muy exigente, de hecho puede crecer incluso en terrenos pobres, pero si queremos mejorar su floración no estará de más añadirle un fertilizante líquido en el agua de riego cada 15 días. Solamente durante el periodo de floración y el inmediatamente anterior. Pulgones y ácaros son sus principales enemigos así como las enfermedades fúngicas si no tenemos cuidado con el riego y el drenaje.

Via guiadejardineria.com

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